Lo irreversible es
que no rondarás por mi espalda
ni reposará en mi falda tu cabeza.
No recorreré kilómetros
para fundirme en tu amor amarillo
en la estupenda eficacia
de tu sonrisa enorme recibiéndome a media cuadra
devolviéndome el arte,
la libertad,
la osadía.
Lo fatal es que en la finitud de esta vida
no me atreveré a conocer
la forma concluyente en la que podrías
borrar de un plumazo a todos mis amores.
No habrá un
primer beso
ni me desnudarás en tu pequeño cuarto
empapelado de cuadros y de libros.
Lo contundente es que ya
no tendrás que esperar a que vuelva
a rescatarte de sitios
que no son nuestros:
nos quedaran tan solo
los días grises de extrañarnos
en un café cualquiera,
uno de esos
en los que ya nadie fuma.
8 comentarios:
Bello, como todo lo tuyo, y mucho más si está escrito con el corazón.
No existe nada absoluto, y mucho menos irreversible, porque tampoco hay modo de comprobar un infinito.
Pero en estos casos, el amor y el después parece que nos palpitarán eternamente, al menos lo sentimos así.
Un beso grande.
Juan
Otro si digo: Sos "absolutamente e irremediablemente" brillante.
Siempre intensa y vibrante!
Besos.
...y que me llena de nostalgia y de colores tu poema...
Triste y bello!!! Abrazos.
Literata o Celina o cualesquiera de tus personalidades que haya escrito este poema: "en la finitud de esta vida
no me atreveré a conocer
la forma concluyente en la que podrías
borrar de un plumazo a todos mis amores"
Yo creo que ya la conoces...
Lindo, lindo, lindo!
que triste y hermoso. Una mezcla de mucho y e poco. precioso¡¡¡¡
Qué bonito escribes, me alegro de haber llegado a tu blog por casualidad.
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