viernes, 24 de octubre de 2008

Principio de incertidumbre II

"Y por fría que sea
mi noche triste
no echo al fuego ni un solo
de los besos que me diste"
Joan Manuel Serrat
Puede que hayas repartido
la atroz incertidumbre por mi vida
y me hayas dejado muda,
sin palabras elocuentes para anclarte,
sin las armas para defenderme
de la sequía en la inspiración creciente.

Puede que hayas llegado tarde
o que tu inoportunidad haga
que este sea el momento exacto
para que tu humo acalle mis ansiedades
y mis besos te quiten
el poco sueño que te queda.

Puede que este encuentro
sea efímero como la primavera
y mañana tan sólo un buen recuerdo;
o que hayas llegado hasta mi vida
para cambiar el color de mis poemas
y transformarlos en versos celestes.

Puede que mañana tengamos
que separarnos apurados y hasta siempre,
o que tomar decisiones grandiosas
y trascendentales como una declaración de guerra
(o de paz, que es lo que yo preferiría)

O tal vez sólo te has acercado
para que note que esos ojos
no son comunes como la desgracia
(mal lo dijo antes un poema)
sino el inmenso mar en que me pierdo
cuando a la distancia no puedo
hacer otra cosa que extrañarte.

domingo, 5 de octubre de 2008

Angustia

Tal vez no tengas mayor astucia
que la de hilvanar las frases musicales
que escapan de tu voz dulce,
con los halagos redireccionados
que estrellas contra mi como granadas.


Y detrás de los cristales de tus ojos
haya ojos tan comunes como el hambre,
nada de esa luz incandescente
que vi la noche en que no te acercaste,
nada de la originalidad idealista
que sembré en tu nombre como una esperanza.


Y en tu robusto cuerpo al que me aferro
cuando en mis sueños te veo desorientado
no hay quizás una chispa del fuego
azul e intenso con el que me quemabas.


Entonces te inventé como a mis héroes,
entonces deformé tus señales,
elaboré tus diálogos como en un personaje
y por tus cristales aumenté las virtudes
que vos con tus acciones jamás me demostraste.

viernes, 3 de octubre de 2008

Días rojos


Y dejaste tu color,
tu esencia desparramada como un aura,
como la sangre de la herida incurable
que guarda esta cicatriz gruesa;
como los días en que nos quisimos,
como los rojos días en los que te quise...