lunes, 1 de marzo de 2010

Mañana


 Ignoraré hasta el modo
ligero en el que entornarás los ojos
para posarte sobre quién sabe
qué cama enorme e inmóvil,
no sabré en qué colores
han pitado tu cuarto,
con quienes al mediodía
comerás sobre qué mesa.

No sabré qué nombre llevaran tus otros hijos,
de qué manera el tiempo se posará en tu cuerpo,
ni qué cuadros,
qué libros,
qué flores,
adornarán con gracia tu oficina.

Desconoceré el olor de tus camisas
y no sabré qué estarás soñando
antes de que el desvelo llegue,
ni qué pensarás al resoplar
cuando termines de leer el diario.

Ignoraré tu último respiro,
no sabré en qué forma te envolverá la muerte,
ni si como una brisa en aquel instante
mi nombre atravesará 
tu pensamiento.