domingo, 8 de septiembre de 2013

Llegó la hora


Ya es tiempo,
han transcurrido cientos de días
desde la última vez.
Ya es momento
de sofocar la afligida sinfonía
de tu despedida apresurada,
de liberar todos los retratos,
todos los recuerdos,
todos los momentos
que aun retengo para sentir
tu perfumen inconfundible
conteniendo todo.

Llegó la hora de dejar
de culparte impunemente,
de reflejarte en las cosas
que tornaste inanimadas,
de volver a mi y percibir
que no te llevaste la mitad de mi subsistencia
ni de mis ilusiones.

Llegó el momento,
de dejarte ir…
como debería haber hecho
hace cientos de días.