martes, 12 de agosto de 2008

Casi siempre.


Siempre es en ese momento:
cuando vos vas acercándote despacio
y yo me voy dejando envolver en tu histrionismo,
en tu irónica sonrisa irresistible,
en tus ojos de fuego y terciopelo,
en tu desnudez temprana y ansiada,
que un sacudón me invade por completo...
... y me despierta.