domingo, 30 de junio de 2013

Otra


“No he debido ser yo porque me llevo
las manos a los hombros y compruebo
tras de lento palpar que no estoy muerta”
Alfonsina Storni.

No he sido yo...
Yo he quedado suspendida
en no sé cuántas dimensiones paralelas,
ni en cuántos retratos de apariciones.

No he sido yo, tal vez mi cuerpo
(ese intimo enemigo que me usurpa)
continuó feliz como si nada,
hizo y deshizo mi vida a su antojo,
transitó espacios impensados.

Yo, en cambio, he visto
como todo ha ocurrido desde afuera,
e inmóvil me he quedado en la evocación
de tanta imperfección desencantada.

No, yo sigo aquí, congelada
en todos los puntos cardinales,
aun sin encontrar el retorno
hacía el preciso lugar
donde nuestros caminos no se bifurcan.

martes, 4 de junio de 2013

No lo sé


Soy de incertidumbre…
Nada le da luz a mis temores nuevos,
al pavor de saber
que soy tan fácil de borrar como una frase
escrita en una hoja,
que me olvidaras como se olvida
un libro sobre el banco de la plaza,
un paraguas al costado de una silla
en un bar cualquiera,
y no habré estado de repente
en todos los lugares que anidaba.

No quedarán indicios
de que anduve descalza por tu casa,
invadiendo la penumbra de tu pieza,
de que usé tu camisa como abrigo
y admiré en silencio tus frases locuaces
sobre el futuro que, sabías,
no tendríamos.

Mi imagen se disipará lentamente
y al pasar los días habrán barrido
los pedazos de mi que hayan quedado.
Otra mujer
(uno, dos, quién sabe)
llegarán a desvanecerme plenamente.

Adiós a mi nombre.
No habrá pasado jamás por allí este cuerpo
torpe e imperfecto.
No lo sé.
Soy de incertidumbre.

domingo, 2 de junio de 2013

Frida



Ya nada puede serme indiferente,
porque ahora es parte de mi
tu verde fascinación lúdica,
el despliegue que de tu ser hace el viento
cuando lo enfrentas casi con un sonrisa,
y las mañanas en las que curiosa
sales al mundo
para descubrir todo de nuevo.

No volveré a ser inmune
a un llanto como el tuyo que parta la noche,
o a un hocico que rastree cariño.

Nada me dejará impasible,
porque aquello que reposaba despertaste
cuando con tu ternura inigualable
me fuiste salvando de a poquito.