martes, 12 de junio de 2012

Absoluto



Lo irreversible es
que no rondarás por mi espalda
ni reposará en mi falda tu cabeza.
No recorreré kilómetros
para fundirme en tu amor amarillo
en la estupenda eficacia
de tu sonrisa enorme recibiéndome a media cuadra
devolviéndome el arte,
la libertad,
la osadía.
Lo fatal es que en la finitud de esta vida
no me atreveré a conocer
la forma concluyente en la que podrías
borrar de un plumazo a todos mis amores.
No habrá un primer beso
ni me desnudarás en tu pequeño cuarto
empapelado de cuadros y de libros.
Lo contundente es que ya
no tendrás que esperar a que vuelva
a rescatarte de sitios que no son nuestros:
nos quedaran tan solo
los días grises de extrañarnos
en un café cualquiera,
uno de esos
en los que ya nadie fuma.