lunes, 4 de enero de 2010

Pausa


Si no estás no importa
que llueva en otros horizontes
extensamente poblados de vos o de nada,
o que las cosas se vuelvan
accesibles y esplendorosas;
qué me interesan
las calles familiares que me acechan,
las doloridas luces que se irradian,
las cálidas tardes despertando…
Nada me concierne en el letargo
de tanto relojes detenidos
que me dejan en pausa hasta tu retorno.