martes, 21 de julio de 2009

19



Siempre llegas tarde a esta espera
de brazos abiertos,
de corazones en exilio,
de caricias con bajo autoestima,
de rencores absurdos,
de celos infundados,
de besos con sed de tus besos.
Siempre unos minutos después
de mi adiós airoso
llegas, víctima y victimario,
a destrozar mis pretensiones
y mostrarme la verdad con sabor a nada.