viernes, 4 de julio de 2008

Reencarnación

A mi hermana, María
Que te siga como un rayo de luz
prendada a ti, por siempre,
trascendiéndome,
traspasando tiempo y espacio,
dejando atrás las reglas de la materia.
Y que ande por donde andes,
cuando seas quien quiera que seas,
y se acerque a ti simulando,
y sea tu amiga, tu vecina o tu discípula,
sólo para tenerte cerca,
para sentir tu perfume una vez más,
tus manos heladas.
Que se eleve y sin mi cobre altura
y a la velocidad de los meteoritos
mi alma, con la brújula de tus palabras,
te encuentre en todas las vidas que nos queden.