lunes, 18 de octubre de 2010

Todavía...

Todavía desconozco
el sabor puntual del beso infalible,
el contorno de tu espalda,
el bálsamo preciso de tu piel
y la estela que dejará en mi cama
cuando la transite por madrugadas.
Todavía ignoro
la sensación que me recorrerá
cuando espere con ansias
que toques el timbre de mi casa.
Todavía no sé
de qué forma sublime, rebelde,
me habrás de amar incansablemente,
cuando siembres en mí la convicción
de ser la última de mis pasiones.