domingo, 23 de noviembre de 2014

Mi abuela.

Mi abuela tenía escondida en la palma de la mano una semilla,
eso pensaba yo,
una pequeña semilla de mandarina.
Pero no era eso, no.
Mi abuela tenía escondidas en las manos
caricias infalibles y celosas
que muy rápido me recorrían la cara y me aquietaban.
Y no tan solo eso,
tenía un pulso bajito que, a veces,
cuando me ofrecía el reto de hallarlo
susurraba la lirica más bella que haya oído.
Mi abuela tenía un paso firme aunque de lado,
único,
y  un amnésico recuerdo selectivo
que nos volvía seres maravillosos.
Tenía todo el lenguaje atesorado en cuadernos amarillos,
agrupado desprolijo,
y al dibujarlo en su voz era capaz
de cimentar una vida entera.
Mi abuela tenía una presencia tan perenne
que se ha ido pero todo el espacio
sigue poblado de su luz,
la terrenal y la celeste,
y parece cuento,
pero es verdad, mi abuela tenía una semilla en la mano.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Ensamble

Vos encendés las noctilucas que fosforecen el mar,
ese mar que supo ser amorfo e incoloro,
de espuma resquebrajada.
Mutaste el designio del degradé de mis sueños
de catástrofes y perros abandonados.
Soy arcilla en tus manos,
tuya,
desde el mismo momento en que sellaste
mi suerte con tu beso,
o tal vez desde antes,
desde aquella mañana de abril
cuando desde la otra esquina
pareciste reconocerme.
De vos depende mi torpe existencia
a un nivel insospechable,
me diste tanta luz que no me reconozco
en todas las literatas que supe ser.
Soy arcilla en tus manos,
tuya,
tan tuya como nunca antes de nadie.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Nosotros


No cabe un alfiler entre nosotros.
No hay extensión para un haiku
o una foto siquiera,
no hay sitio para las huellas
que dejara el pasado
que, de hecho, se ha vuelto intrascendente.
No hay lugar para nada distinto de vos y de mi.
Mi cuerpo amnésico se une a tu cuerpo
y no cabe entre nosotros nada más
que el amor que nos tenemos.

miércoles, 23 de abril de 2014

Adentro

Aquí estaré, no importa
que tan poco aire quede,
ni si el espacio
me es confiscado.
Los codos de los demás
se me clavan en la cara,
pero cuánto más cómodo es acá,
cuánto mejor que afuera.
Por la hendija del placar veo
a esa mujer
que me llena de dudas la entrepierna.
Aquí estaré, no importa,
todo lo que arda su recuerdo.
Aquí, sofocada, apenas podré
recordar su nombre.

miércoles, 26 de febrero de 2014

D.



Ahora que estoy amando con profunda felicidad
me maravilla la conspiración cósmica
que ineludiblemente nos fue acercando
desde el inicio de los días.
Bendigo tu vocación y mis inquietudes,
la tímida creatividad oculta
que te detuvo ante el rojo de mis poemas,
y el azar que entre tanta geografía
te trajo al punto justo en que yo te aguardaba.
Celebro la vida de todas las mujeres
que dichosamente te perdieron,
Ahora que estoy queriéndote, de esta forma tan nueva,
me parece que cada uno de mis comienzos
se encaminaba a toda velocidad,
a toda prueba,
hacia el extraordinario momento en que vos y yo
íbamos a encontrarnos. 

viernes, 14 de febrero de 2014

Algo

"Somewhere in her smile she knows
that i don't need no other lover,
something in her style that shows me,
i don't want to leave her now,
you know i believe and how"
(George Harrison)
A veces cuando sos todos lo que sos 
(y también todo lo contrario) 
realmente pienso en prescindir 
de mis astrológicos vaticinios 
y mis presentimientos condicionantes 
y decirte que no me importa cuán mal me amaron otros 
ni el peso de las complicaciones que se avecinen. 

Ahí cuando me alucino 
con la sofisticación de tus gestos, 
cuando la vehemencia de mis ojos 
se torna indisimulable 
y la celeridad del tiempo 
me llena de asombro, 

realmente pienso que podría 
-o podríamos los dos, quién sabe- 
deshacernos de todos los prejuicios, 
dejarnos apedrear gustosos por las opiniones, 
y bailar despreocupados a la orilla del mar 
celebrando el hecho de habernos encontrado.

jueves, 16 de enero de 2014

.

Cuánto ha pasado
fueron meses o
un año, cien, mil
desde que desocupamos los armarios
y cambiamos de lugar las cosas,
desde que abrimos las ventanas para que emigren
los dolores amarillos,
la amnesia de antaño
que repatriaba a los parientes
y los acumulaba en tu pieza,
el olor de la muerte.
Cuánto ha pasado desde que me dijiste por última vez
las últimas palabras
que tu voz pronunciara

Cuánto dura esta eternidad que se propaga,
que pasa a través de mi,
que voy por allí sin norte.
Esta eternidad que me recuerda
cada día
lo inmenso que es el tiempo cuando no te contiene.