miércoles, 6 de octubre de 2010

Efeferre


Amo el ademán con el que te acercas,
la voz viril
con la que remontas mis sueños
para arrimarme nuevamente
a la creación que conjugas,
perfectamente,
en todos los tiempos.
Amo tu libertad y el modo musical
en el que vuelves tuyas mis cosas.
Amo el tiempo de amor,
extenso y renacido,
y la ternura sin par que me figuras
cuando tornas carmesíes
cada uno de mis atardeceres.