sábado, 12 de marzo de 2016

Metamorfosis

Nada decanta sobre la hoja en blanco
ni el inolvidable trazo azul de tus palabras,
ni la mujer tapada de lluvia de mis sueños
que desde un rincón me miraba expectante
mientras el agua la asfixiaba.
El invernadero enceguece
con el dorado marrón de las hojas
que se secan irremediablemente.
Puedo decirte que ni la inspiración me habita
y que yo no habito ni el espejo,
que puede ser el hecho de extrañarte
o el otoño que se ha adelantado
o los cumpleaños cada vez con menos.
Nada es tan fácil,
ni siquiera lo obvio.
Solo el deseo grita ensordeciéndome
sin voluntad de contestar preguntas,
ni de elaborar cuestionamientos.
Tengo que anular mis sentidos
para poder ignorar a la extraña que aguardando su turno
me observa.