domingo, 5 de noviembre de 2006

Amor no es literatura si no se puede escribir en la piel

En la ficción de mis ancestros te vi descosiendo remiendos antiguos que generaban el ardor de cuando no prende la anestesia y partí tu imagen en dos para que no me duelas, pero así apareciste análogo y cruel en tus dos mitades perfectas y distintas, a destiempo.
En principio no hubo posibilidad de un segundo beso sincero desembocando en la angostura torcida de palabras de amor que fueron tan mentirosas como infiel tu propuesta. En la Escala de Richter hubo sismos mayores pero no de tal prolongación histórica; de haber sido de otra manera no hubiese podido probarlo porque me desplazaste del hipocentro y ya no había manera de medir temblores. Te quise un poquito en señales diversas aun cuando puedo negarlo sin que lo presienta un detector de mentiras y puedo mirarte a los ojos siete segundos seguidos sin sentir a la mariposa monarca con su sabor amargo aleteándome.
Tu segunda mitad en un caballo salvaje rondó mis pasiones sin detenerse demasiado, con las huellas mnémicas borrándose con el viento lo que no le permitió conservar mis poemas en la memoria. Te quise más allí, porque tenías la paz de los trovadores y me visitabas en viajes astrales y nocturnos, dejando la marca de un tsunami y la separación que solo generan los grandes sucesos en la línea del tiempo. No sé en qué parte del camino te perdí de vista cuando me encandiló un viaje efímero de alguien sobre un unicornio, pero fue esa la imagen de donde saqué nuevas anestesias para sobrellevar tu olvido permanente.
No reconocí como una sola tus presencias sino hasta que volvieron los sueños de robos y te escribí un poema que las unía y las responsabilizaba de los mismos crímenes imprescriptibles:
Andando voy buscándote siempre
como si te quisiera como te quiero
y me siento inmensamente triste
si no te veo amor, si no te encuentro.


Perdida en los laberintos infranqueables
de tu indiferencia con sus recovecos,
es áspera la sed de tus palabras
que no se cura con tu pequeño gesto.


Y para no sentirte distante
me he convertido en un espejo
calcando en mi vida tus pasiones
por si te vas amor, por si estas lejos.


Cuánto puede retardar tu percepción
en notar el idealizado sentimiento
cuánto más hasta que dejes la alturas
y bajes al suelo, amor, cuánto te quiero.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente

Anónimo dijo...

Hola aca estoy, si firmando por fin otra vez.....ya sabes que me encanta lo que haces y tengo ganas de leer cosas nuevas, las estoy esperando
Te adoro

Gatone dijo...

Primero gracias por visitar mi pag. Despues me encanto tu forma de contar las cosas. Nos estaremos leyendo.
besos.

Iz/ be.ll dijo...

Grandioso! muy chido!! me encanto como siempre, eres muy buena escribiendo, la verdad :) felicidades!

Graciaspor pasar por mi olvidado blog, lo tengo abandonado por la escuela que no tengo tiempo para eso, tengo un fotolog y un Myspace tambien y por eso no me da tiempo. jeje pero en fin gracias y nos estamos leyendo! me gusta mucho loque escribes!

Anónimo dijo...

que ingeniosa manera de ver el amor que tenés...

Lic. Gastón Pitrola dijo...

Hola Celina, estuve visitando tu blog que es como un bosque lleno de árboles de copas frondosas llenas de pájaros. Te llevo prestados algunos versos a mi página de face.
Un abrazo